Algo positivo de este periodo extraño marcado por el Covid-19, son todos los movimientos vecinales surgidos para aportar cuidados entre iguales y para suplir el déficit y la incertidumbre de cuando no se podía salir.

Este contagio de solidaridad colectiva también ha llegado a Navarra, en concreto, en el barrio de La Milagrosa-Arrosadia en Pamplona, a partir del proyecto “Tu barrio, tu casa” que realiza la entidad de la Red InnovaSocial, Médicos del Mundo Navarra, desde hace ya cinco años, en colaboración con Fundación La Caixa, Fundación Caja Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona y Gobierno de Navarra.

En este barrio han puesto en marcha un banco del tiempo, un sistema de intercambio entre personas, un modelo de economía social, cuya moneda de cambio siempre será el tiempo. Es decir, cuando una persona “consume” un servicio que otra ofrece, la persona que consume “paga” con el tiempo que ha ido acumulando en su cuenta y la persona que ofrece un servicio, recibe un “pago” en tiempo; “tiempo” que después podrá “gastarse” en otros servicios que otras personas socias del banco están ofreciendo.

En el barrio de Arrosadia, se gestiona desde el proyecto “Tu barrio, tu casa”. Entre las acciones se engloban intercambios individuales que surgen (por ejemplo: dos personas deciden compartir conocimientos acerca de intercambio de idiomas, acompañamiento social, arreglos informáticos, etc.) pero también colectivos. Estos últimos son los que más han ido surgiendo desde la creación del proyecto y es que el grupo de vecinos y vecinas que se han inscrito en el servicio del banco del tiempo, suelen preferir hacer intercambios conjuntos donde, además de aprender a cocinar recetas de otros países y culturas, pueden acceder a sesiones de relajación, talleres de informática, etc. Se relacionan con otras personas afines, algo que de otra manera, quizás, no podrían haber hecho.

Sin embargo, y como era de prever, desde que comenzó el estado de alarma en marzo, todos estos encuentros vecinales se han tenido que detener. Y aunque sigamos manteniendo la “distancia física”, desde la entidad siguen trazando puentes para mantener el acercamiento social, tan necesario y saludable como cualquier otra medida de prevención. En este caso, a través de intercambios de saberes…desde casa.

Un grupo de vecinas socias del banco del tiempo se decidió a grabar pequeños tutoriales donde explicar recetas típicas de sus países de origen: Senegal, Brasil y Colombia. También, otra vecina se animó con un tutorial de manualidades; otras decidieron poner en marcha las máquinas de coser para hacer mascarillas de tela y otros vecinos compartieron apoyo de informática a través de tutoriales y acompañamiento.

Os dejamos un ejemplo de esta iniciativa: